NUESTRA SEÑORA DEL MAR
Cuan divina mano
fue guiada para esculpirte.
Cuanto amor volcado en un alma
dio forma a tu bello rostro.
Y el cielo tocó a la tierra;
y Madre, Tú me has llamado.
Virgen del Mar, del aire, de la esperanza…
Virgen María, Madre mía;
cuyo espíritu nos alumbra,
y nos concede el don del camino.
Cuanto amaste, cuanto amor vertido sin medida,
cuanta enseñanza para estos humildes mortales
que te contemplan;
y que solo ansían tus brazos,
y que solo anhelan tu calor.
Hoy… al mirarte,
las fútiles andanzas de mi yo mundano,
quedaron tan atrás,
que me sentí liviano.
Hoy… al amarte,
dejé de ser humano para convertirme en hijo.
Porque eres la Madre del mar,
del viento, de la tierra…
La que ensalza los corazones,
la que guía las almas,
la que nos hace sentir dignos
de tan divino don de tu camino.
Escrita por Gema L. 12/04/2014
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